ANANDA EL JUEGO DE LA VIDA

ANANDA EL JUEGO DE LA VIDA

ANANDA EL JUEGO DE LA VIDA


Los seres humanos hemos creado la division, en todo lo que conocemos como vida. La hemos llenado de reglas, de limitaciones; hemos buscado un concepto, una clasificación para referirnos a las experiencias de la vida. Esta clasificación está siempre plaga- da de imágenes, emociones y sentimientos. Y todo ello viene a nosotros con cada nueva experiencia. 

A este acto de vulgarizar el aquí y ahora con el pasado y las clasificaciones, le hemos denominado “juicio”. Todo lo acumulado en el pasado muerto ha dejado rastro en nuestra memoria y ahora nos controla y nos dice el qué y el cómo “debe tratarse este capítulo de tu vida”. 

Mediante ese mismo pasado obsoleto, buscamos una respuesta a nuestro miedo. ¿Cuál será el camino?, si todos los caminos han fallado. ¿No crees que si hubiera habido éxito en alguno de estos caminos ya todos estaríamos de la mano como hermanos? Por el contrario, cada vez nos vemos más divididos entre tantas percepciones de la vida, tan diversas como el ego de cada ser humano. 

¿Habrá, en realidad, un camino? Un camino diseñado por alguien a partir de su propia experiencia. Un camino al que podamos adaptarnos. “adaptarnos”, claro, porque eso es lo único que podemos hacer ante un método, una técnica, una filosofía, una religión, un ideal... 

Es así como hemos intentado alcanzar lo eterno. Entrar en con- tacto con aquello inconmensurable o simplemente ser felices. ¿Cuántos no quieren ser felices? ¿Cuántos no querrían vivir en paz? Estas metas son objetivos preestablecidos antes del mismo nacimiento. 

Para ello siempre hemos buscado ese “cómo”. Ese “cómo” que nos diga perfectamente cuáles son los pasos a seguir. Aquel método, técnica, filosofía, creencia que se adecúe lo mejor posible a mí para “saber qué hacer con mi vida”. 

¿En qué momento nos dejamos vivir? Siempre buscando respuestas cuando ni siquiera hemos investigado la pregunta. Es así como vivir se ha vuelto tan complicado. 

Pero, cómo no va a ser complicado si nuestra mente se ha vuelto tan compleja. ¿Cómo nuestra vida no estaría dividida, si nosotros estamos divididos? Somos una constante contradicción, queremos una cosa y hacemos otra. 

Luchamos contra nosotros mismos todo el tiempo, tratando de ser personas buenas e impecables, sin errores, para ser reconocidos como “respetables”. Tratando de ser más espirituales, para que el creador nos salve de esta pesadilla que hemos creado nosotros mismos. 

¿Acaso habría deseos si viviéramos en plenitud? Plenitud, es decir, “totalidad”, sin divisiones, exclusiones, rechazo, aceptación. Totalidad como el amor: como el creador. 

Buscamos esa totalidad de la que tanto nos han hablado los maestros y las religiones. Y hablamos del “ser” y la divinidad, sin darnos cuenta del presente porque eso significa enfrentarnos con nosotros mismos. 

Aparentemente lo hacemos, aunque en realidad, nos engañamos porque hemos limitado todo, todo tiene su fin, su “como hacer- lo”. Todo está predeterminado. Es así como hemos dividido las acciones en nuestra vida. Es así, como hemos hecho que no exista esa acción completa. Esa acción de amor, sin límites.




Descarga Ahora

0 Responder a "ANANDA EL JUEGO DE LA VIDA"

Publicar un comentario

Contenido HTML

Contenido HTML2

Contenido HTML3

Contenido HTML4