Las Leyes Espirituales

Las Leyes Espirituales

Las Leyes Espirituales

1a Ley: Ley de la evolución. 

El destino de los espíritus es evolucionar, de forma indefinida, para siempre. 

¿En qué se evoluciona? En amor y sabiduría. Sin amor no hay evolución. Sin amor no hay sabiduría. Sin amor no hay felicidad. 

La evolución depende de la voluntad y el esfuerzo de uno mismo. 

EL MUNDO ESPIRITUAL 

Has hablado al principio de que la vida del espíritu no comenzaba con el nacimiento. Así es. 

¿Y qué hay antes del nacimiento? 
Lo mismo que después, VIDA, alternándose los periodos de vida sin estar ligado al mundo físico con los periodos en que el ser vuelve al mundo físico, encarnando en un recién nacido. 

¿Entonces la vida no comienza con el nacimiento? 
No. 

¿Y todos hemos vivido otras vidas antes que la actual? 
Sí. 

¿Y dónde se supone que estamos antes de nacer? 
En el mundo espiritual.

¿Y qué es lo que ocurre después de morir? 
El espíritu se desprende del cuerpo físico y regresa al mundo espiritual, que es de donde ha venido. 
Es decir, continúa su vida sin estar ligado a la materia. 

Dicho de otro modo y para resumir, el espíritu procedente del mundo espiritual se liga al mundo físico, encarnando en un recién nacido, pasando una etapa encarnado físicamente, hasta que se produce la muerte de su cuerpo. 

En ese momento se desvincula de él y regresa al mundo espiritual. 

Esta máxima acerca del origen y el destino del ser humano ya fue enunciada por Jesús en una sencilla frase cargada de significado y que no ha sido completamente entendida hasta ahora, y que está recogida en el Evangelio de Juan (3, 13): “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo.” 
Ya, pero 

¿en qué condiciones volvemos a ese mundo espiritual? 
Es decir, ¿estamos despiertos? ¿Somos conscientes de lo que nos ha ocurrido o, como creen algunas religiones, nos quedamos en un estado de aletargamiento hasta que suceda algo “al final de los tiempos”? 

Todo lo contrario, se es más consciente de la realidad cuando se está en el mundo espiritual que cuando se está encarnado. 

No penséis que por el hecho de desencarnar el espíritu pierde la conciencia, ni entra en un estado de somnolencia perpetua. 

Al contrario, admitiendo que el espíritu pueda pasar por una etapa de confusión de tiempo variable, que depende de la evolución del espíritu y de las circunstancias en las que desencarnó, el espíritu se enfrenta a su auténtica vida real y toma conciencia, entre otras cosas, de cuál es el objetivo de las encarnaciones. 

Por supuesto, tiene una ocupación en interacción con otros seres, en un mundo tan real o más que el vuestro, ya que vuestro mundo es una imagen distorsionada, apenas un reflejo, del mundo espiritual. 

 ¿Y dónde va exactamente? 
Lo que normalmente ocurre es que cada espíritu, después de desencarnar, se sitúa en el plano del mundo espiritual que corresponde a su estado evolutivo. 

Y esto depende del comportamiento que haya tenido el espíritu durante la encarnación respecto a la ley del amor. 

El destino final del espíritu es siempre regresar a su hogar espiritual. 

Sin embargo, aquellos espíritus delincuentes, que han realizado grandes actos en contra de los demás seres de la Creación, quedarán atrapados por el peso de sus acciones en el nivel vibratorio más bajo del astral inferior. 

En el extremo opuesto, el espíritu que haya vencido gran parte de su egoísmo y que se haya comportado amorosamente, se elevará hacia las franjas vibratorias más altas del astral superior. 

Entre esos dos extremos, existen multitud de niveles intermedios en los que se situará cada espíritu conforme a su grado de elevación espiritual y su comportamiento respecto a la ley del amor.


Descarga Ahora

0 Responder a "Las Leyes Espirituales "

Publicar un comentario

Contenido HTML

Contenido HTML2

Contenido HTML3

Contenido HTML4