PREOCUPATE MENOS Y VIVE MAS
Ni siquiera notarás qué tanto le crees a esa voz y cuánto te agota;
sólo seguirás pasando el día intentando sobreponerte al estrés y a la
presión, intentando vivir tu vida, y, en cierto momento, te enfrentarás a la
resignación de que, si no sacas tu trasero de esa maldita rueda, nunca
llegarás a donde deseas. Tal vez la felicidad que buscas o los kilos de más
que quieres perder o la carrera o la relación que tanto anhelas siempre
estarán fuera de tu alcance.
Estas páginas están dedicadas a quienes saben de qué se trata ese
monólogo fatalista, a esa fuente infinita de dudas y pretextos que limita y
mancha cada día de tu vida. Es una cachetada de parte del universo para
que despiertes y conozcas tu verdadero potencial, para que pares de
joderte y tengas una vida espectacular.
Empecemos en el lugar correcto. Hay dos tipos de pláticas que tienes
todos los días: las que tienes contigo mismo y las que tienes con los
demás. Tal vez eres una de esas personas que dice: «Yo no me hablo a mí
mismo», cuando de hecho la mayoría de las conversaciones que tienes
durante el día son contigo mismo y cada una de estas se «disfruta» en la
soledad y privacidad de tu mente.
No importa si eres introvertido o extrovertido, creativo o práctico,
¡pasas gran parte de tu tiempo hablando CONTIGO mismo! Lo haces
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mientras te ejercitas, trabajas, comes, lees, escribes, caminas, texteas,
lloras, peleas, negocias, planeas, oras, meditas, tienes sexo (contigo o con
otras personas), o menciona cualquier otra actividad que se te ocurra. Ah,
sí, incluso mientras duermes.
De hecho, lo estás haciendo en este preciso momento.
Tranquilo, eso no significa que estés loco. O tal vez significa que todos
estamos un poco locos. Como sea, todos lo hacemos, así que abróchate el
cinturón y bienvenido al show de los locos.
Algunos estudios demuestran que tenemos más de 50 000
pensamientos al día. Piensa en todas las cosas que te dices a ti mismo y
preferirías no haberte dicho, o en las que tratas de sobreponerte o
vencer.
Aunque tenemos poco o nada de control sobre estos
pensamientos automáticos y reaccionarios, sí tenemos un control
espectacular sobre el significado que damos a esos pensamientos. Ojo:
¡no vienen ajustados de fábrica!
Los descubrimientos más recientes de la neurociencia y la psicología
también señalan que las conversaciones que tienes contigo mismo
afectan profundamente tu calidad de vida. El profesor Will Hart de la
Universidad de Alabama llevó a cabo varios experimentos en los cuales
los participantes recordaban o experimentaban un evento positivo,
negativo o neutral.
Descubrió que la gente que describía un evento
neutral como si estuviera sucediendo en ese momento se sintió más
optimista, y cuando recordaban el evento negativo de la misma manera,
experimentaban más negatividad. En otras palabras, el lenguaje que
utilizas para describir tus circunstancias determina cómo las percibes, las
experimentas y participas en ellas, además afecta dramáticamente cómo
lidias con tu vida y cómo te enfrentas a problemas grandes y pequeños.
La conexión entre lo que decimos y cómo lo decimos fue descubierta
hace cientos de años, si no es que miles. Filósofos como Wittgenstein,
Heidegger y Gadamer conocían la importancia y el significado del
lenguaje en nuestras vidas. Wittgenstein dijo: «... la armonía entre el
pensamiento y la realidad puede encontrarse en la gramática del
lenguaje».
Entonces, la buena noticia es que los estudios han descubierto que las
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pláticas positivas que tienes contigo mismo pueden mejorar de manera
considerable tu estado de ánimo, tu seguridad, tu productividad y más,
muchas cosas más.
De hecho, según comprobó el profesor Hart en sus
estudios, esto puede ser la receta secreta para tener una vida feliz y
exitosa.
La mala noticia es que si lo decimos al revés, también es cierto: las
pláticas negativas no sólo pueden ponerte de malas, también nos hacen
sentir indefensos; pueden hacer que los problemas pequeños parezcan
más grandes e incluso crear problemas de la nada.
Pero la noticia de
última hora es que... tus pláticas contigo mismo te están jodiendo de
formas que ni siquiera puedes imaginar.
Ya que sabes esto, dejemos algo en claro: aunque este libro trata
sobre el uso del lenguaje correcto para mejorar tu vida, NO estoy
sugiriendo que de un día para otro empieces a pensar positivamente o a
hacer afirmaciones personales.
Estos temas se han tratado hasta el cansancio con diferentes grados
de éxito y ciertamente eso no es lo que haremos aquí.
No te pediré que
te digas a ti mismo que eres un tigre para liberar a tu animal interior. En
primer lugar, no eres un tigre; en segundo lugar, no eres un tigre. Quizás
eso les funcione a algunas personas, pero yo soy demasiado escocés para
esas cosas; para mí ese tipo de técnicas son como si me obligaran a comer
una cubeta de miel de maple con trocitos de bastones de caramelo que
sobraron de la Navidad pasada. Gracias, pero no, gracias.
Para mis optimistas que están ahí afuera, ¡lo siento, pero llevaremos
este coche hacia otra dirección! Este libro está diseñado para darte un
auténtico empujoncito que sientas genuino y correcto para ti, que pueda
impulsarte a encontrar nuevos y mejores niveles de tu potencial.
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